Como operadora de sonido, finalmente me aclaré con las grabadoras ya que anteriormente nunca había tocado una.  

 

En los ensayos los resultados sonaban bien, el día de la grabación, en el asador, no. En el caso de Concha, la abuela de Javier, su voz se escuchaba con mucho eco, no parecía natural. Probé colocar el micrófono en diferentes posiciones hasta alcanzar un resultado que nos agradase. 

 

En cambio, cuando tocó ponerles el micrófono a todas las personas que han comentando nuestro documental, no tuve ese problema, más bien pilas de grabadoras que dejaban de funcionar, pinzas de micrófonos que no se ajustaban bien a las ropas… 

Por otro lado, espero que no notarán que todo lo que les decía ya lo había repetido anteriormente como unas quince veces, descubrí una gran operadora telefónica en el fondo de mi ser. 

 

La experiencia me ha servido mucho, me ha gustado la actitud de remontada que hemos tenido a la hora de encontrarnos con un fracaso entre nuestras manos, me quedo con muy buena sensación y estoy muy agradecida a mi equipo y a todo aquel que ha participado en nuestro documental.